La Caseta de Bombas nació con la intención de recuperar un emblemático espacio de Santander donde poder reunirse, charlar y disfrutar de la mejor gastronomía cántabra. Pero también lo hizo para ser un punto de encuentro de la ciudadanía y una cadena de transmisión de la historia del Dique de Gamazo y de la zona de San Martín.
Queremos contar nuestra historia, llenarnos de historias y mostrar a todos, sobre todo a las nuevas generaciones, qué significó el Dique de Gamazo para Santander durante el siglo XX. Una de nuestras apuestas más visibles ha sido la de transformar el espacio en una sala de exposiciones; elegidas por la agente cultural Marta Mantecón, varias fotografías antiguas del dique seco —que abarcan desde su construcción hasta algunos de sus ‘inquilinos’ más anecdóticos, como dos submarinos de la Primera Guerra Mundial—decoran las paredes del local. Un atractivo para que cualquiera que lo desee se acerque a observarlas.
La planta de abajo, donde se encuentran las máquinas que servían para achicar el agua del dique, es una cápsula del tiempo en la que sentir de cerca el olor y la humedad del mar, y en la que poder imaginar cómo fue el trabajo durante las ocho décadas que dio servicio el Dique de Gamazo. Hemos instalado un proyector con un vídeo que repasa esos 80 años de historia, desde el planteamiento de la construcción hasta la actualidad. Historia, datos, anécdotas y épocas están reflejadas en este documental audiovisual de casi cinco minutos.